Inicios del cine francés: 1895-1914
Por Icónica | 23 de enero de 2017
Sección: Historia(s)
La sirena (La sirène, Georges Méliès, 1904)
Trazar el origen del cine es un tema complejo. Tendríamos que comenzar preguntándonos qué es el cine y cuáles son los factores que debieron entrar en juego para que existiera un cine como hoy lo conocemos. Además del aparato y la captura/proyección de imágenes en movimiento, los usos paradigmáticos de lo fílmico son otras de variables que no pueden ser descartadas. En las exploraciones realizadas en Francia a partir de 1895 ocurrieron muchos comienzos del cine: el documental, el cine de atracciones, los primeros relatos para grandes masas, el primer esfuerzo por sumar el cine a la ilustración, las series… Aunque se considera que la Primera Guerra Mundial detuvo la producción, en realidad sólo fue pausada de 1914 a 1915, para después ser reanudada en dos frentes: con documentales que registraron la guerra, y con productos ficcionales, mayormente cómicos, que funcionaban como estrategia de evasión para la gente. Repasamos aquí 10 momentos clave en este periodo fundamental para comprender la historia del cine.
1. Los hermanos Lumière
Aunque el invento de un aparato que permitiera registrar y proyectar fotografías en movimiento sucedió más o menos al mismo tiempo en Francia, Estados Unidos, Inglaterra y Prusia, la primacía de los hermanos Louis y Auguste Lumière en las historias del cine se debe a dos hechos decisivos: su capacidad de situar al cinematógrafo como el estándar técnico internacional y haber sentado el primer paradigma de lo que debía ser filmado. Por un lado registraron escenas de la vida cotidiana como en las famosas La salida de la fábrica Lumière (La sortie de l’usine Lumière à Lyon) y La llegada del tren (L’arrivée d’un train en gare de La Ciotat), y por otro comenzaron con los gags fílmicos, como en El regador regado (L’arrosseur arrossé, todas de 1895).
2. Los agentes de los hermanos Lumière
Los hermanos Lumière enviaron a varios representantes y operadores alrededor del mundo a presentar su invento. Estos agentes abrieron salas en varias ciudades y registraron varios eventos importantes. Entre otros, Francis Doublier filmó la coronación del zar Nicolás II en Rusia en 1896, Félix Mesguich viajó filmando escenarios de África, China, la India y Gabriel Veyre viajó a México, donde residió por dos años, antes de seguir por Cuba, Venezuela y México. Al filmar el mundo, estos cineastas viajeros crearon sin querer un amplio archivo de su tiempo, que servía para promocionar el cinematógrafo. ¿El hecho de que hoy se utilice en casi todas las lenguas la palabra cine(ma) para referir al séptimo arte se deberá a esta ambiciosa estrategia comercial ambulante?
3. Georges Méliès
Piedra angular en la historia del cine, Georges Méliès, antes de dedicarse a las imágenes en movimiento era director, propietario y mago en el Teatro Robert-Houdin, una sala de variedades. Cuando comenzó a experimentar filmando, una de sus cintas fue interrumpida por un error y así descubrió que podía hacer trucos. Con sus experimentos implementó, entre otros efectos, fundidos, sobreimpresiones y elementos que aparecían y desaparecían por el paso de manivela. Su obra fue un parteaguas al ser el primero en aventurarse a intentar algo distinto a las imitaciones de los filmes de los Lumière que se habían hecho hasta el momento. Realizó películas de prestidigitación, de magia, cuentos infantiles, adaptaciones de obras literarias (como Fausto, Hamlet y Robinson Crusoe), películas históricas (como Juana de Arco [Jeanne D’arc, 1900]) y piezas publicitarias (para anunciar productos distintos). Si por un lado el trabajo de Méliès anunciaba, desde lo popular, el espíritu vanguardista que ya se estaba gestando –intentaba hacer un truco radicalmente nuevo en cada trabajo–, por el otro fue quien se encargó de que el cine se presentara ante las masas y se convirtiera en el espectáculo público que hoy es.
4. Pathé/Gaumont/Éclair
El cine francés fue el primero en organizar su propia industria.
Aunque no fue la primera fílmica, la Pathé frères, fundada, como su nombre indica, por Charles Pathé y sus hermanos, fue la más grande de todas al abarcar gran parte de Francia y extender su red hacia ciudades europeas y estadounidenses. Fueron también los primeros en comprender, en 1907, el negocio posible detrás de la distribución de películas. Su objetivo fue producir la mayor cantidad de cintas posibles –llegaron a realizar hasta seis por semana– y comercializar tanto con sus producciones como con proyectores. Organizaron compañías profesionales de producción y encargaron cintas a directores que se convertirían en nombres fundamentales de la época como Ferdinand Zecca (ver abajo). Gran parte de su éxito se debía a su reconocimiento del sentido de lo popular.
Aunque los alcances de Gaumont y Éclair no se equiparan a los de Pathé, ambas realizaron esfuerzos valiosos para la distribución de las producciones. Léon Gaumont fundó su compañía en 1895 y comenzó produciendo cortos similares a los de los Lumière, pero empleó el gramófono para intentar sincronizar sonido e imagen en un primer acercamiento a un cine sonoro rudimentario. Gaumont llegó a realizar proyecciones con diálogos sincronizados con actores detrás de la pantalla o explicaciones verbales entre escena y escena. Por su parte, la Éclair, fundada por Charles Jourjon, lanzó en 1908 la primera película serial, Nick Carter (Victorin-Hippolyte Jasset, 1908), que seguía en seis episodios las aventuras de un detective y significó un paso valioso en el desarrollo del género.
5. Alice Guy-Blaché
Alice Guy-Blaché no sólo fue la primera cineasta mujer en el mundo (y probablemente la única de 1896 a 1906), también fue una de las realizadoras más innovadoras de la época. Comenzó trabajando como secretaria con Léon Gaumont antes de que su compañía incursionara en la producción de cine. Cuando conoció el cinematógrafo de los Lumière, detectó su potencial para contar historias y le propuso a Gaumont experimentar con el invento. Produjo entonces la primera película con un guion en la historia, La fée aux choux (1896), una cinta fantástica sobre niños que nacían en campos de coles. Aunque es menos reconocida que otros cineastas como Méliès, Guy-Blaché fue pionera del cine narrativo y de los efectos especiales, mientras jugó un papel importante dentro de la industria al supervisar al resto de los directores de Gaumont. A lo largo de su carrera dirigió, produjo y supervisó alrededor de 600 cintas, algunas de ellas destacan por su cuestionar los roles de género desde la comedia, como Les résultats du féminisme (1906).
6. Ferdinand Zecca
Georges Méliès marcó el cine como un fenómeno popular, que debido a su carácter lúdico terminó siendo un espectáculo infantil. Ferdinand Zecca, empleado de Pathé, tomó la batuta y lo llevó convirtió en un espectáculo adulto, para las masas proletarias. A los historiadores del cine les gusta hablar de La historia de un crimen (Histoire d’un crime, 1902), donde un asesino es arrestado y guillotinado, porque es uno de los primeros ejemplos de narrativa fílmica bien estructurados. Sin embargo, Zecca, contó melodramas morales, historias épicas clásicas, historias religiosas y folklóricas, que de algún modo plantearon un amplio panorama temático para el cine.
7. El asesinato del duque de Guisa (L’assassinat du duc de Guise, 1908)
1908 fue un año importante para el cine francés. Mientras las compañías como Pathé intentaban llegar a grandes públicos a través de lo popular, la Gaumont, mediante la marca Le film d’art intentó transformar el cine de una simple forma de entretenimiento a un arte reconocido. Sus intenciones eran comerciales, naturalmente: los cines fundados por Méliès y Zecca empezaron a aburrir a la gente. El primer intento fue esta cinta escrita por Henri Lavedan, dramaturgo de la Academia Francesa, donde narraba el asesinato del Duque Henri de Guisa en 1588. Se compuso una banda sonora original, se reclutaron actores profesionales de la Comédie-Française, y se diseñaron escenarios espectaculares. Las interpretaciones pretendían ser más sobrias que las de otros realizadores del periodo, pero el esfuerzo no pudo desprenderse del teatro como modelo aún. Este primer cine ilustrado sustentó las bases del cine de calidad que los críticos de la Cahiers du cinéma criticarían con ánimo acérrimo cincuenta años más tarde.
8. Émile Cohl
A pesar de ser menos reconocido que otros realizadores de la época por la brevedad de su obra, Émile Cohl es considerado como el inventor de los dibujos animados. Comenzó dibujando tiras y haciendo argumentos para películas cómicas hasta que, en 1907, realizó su primera película de dibujos, Monsieur Stop –la historia de un hombre que detiene el movimiento. Un año más tarde realizó su cinta más conocida, Fantasmagoría (Fantasmagorie , 1908). Sin embargo, los dibujos requerían un largo camino todavía para convertirse en un fenómeno fílmico.
9. Fantômas (Louis Feuillade, 1913-14)
Si bien Fantômas no es la primera serie, es la que dejó una marca más profunda en el público. Fue realizado por Louis Feuillade para Gaumont y expandió las posibilidades del relato cinematográfico permitiendo un mayor desarrollo dramático y la construcción de la figura de un héroe en este personaje que retaba la autoridad, pero sobre todo, al seguir el formato de las novelas por entregas decimonónicas, generó que las audiencias volvieran periódicamente a las salas. Aquí comienza una historia del cine que pasó por la televisión y en nuestros días es uno de los fenómenos más potentes de las imágenes en movimiento.
10. Max Linder
Max Linder fue el primer rostro importante de la comedia. Con sus interpretaciones para Pathé elevó los estándares del género: más allá de la comedia simple que se había manejado, fue el primero en construirse una personalidad reconocible y en moderar sus acciones frente a la cámara para así desarrollar una trama cómica más elaborada que los chistes aislados. El trabajo de Max Linder corresponde a las necesidades de un público ávido de respeto sin sacrificar lo popular de las cintas que consumía. Casi nos es necesario agregar que, al menos en términos cinematográficos, Linder fue el origen del cómico con una figura pública reconocible, que tendría sus momentos más altos en el primer cine con Chaplin y Buster Keaton.
Este texto fue actualizado el 31 de enero de 2017.
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