Tan cerca de las nubes. Futbol contra el

Tan cerca de las nubes. Futbol contra el patriarcado

Por | 25 de abril de 2024

Ciudad de México, década de 1970. El estadio Azteca ruge en toda su monumentalidad, completamente lleno y con un ambiente de alarido dentro y fuera de sus gradas, enormes, abarrotadas por 110,000 personas, prácticamente todas las que caben en el recinto. Hay un show de actrices y cantantes famosas antes del inicio del partido, y la botarga Xóchitl, una niña morena vestida de verde y blanco, “mascota” oficial del torneo, anima la presentación de dos escuadras internacionales en el encuentro más importante de sus vidas. No, no es la final del mundial de México 1970 entre Brasil e Italia, donde la canarinha se convirtió en campeona del mundo y donde las masas irrumpieron en la cancha para coronar a Pelé como el rey. Tampoco es un “clásico” nacional entre las Águilas del América y las Chivas de Guadalajara, el partido donde se concentra la rivalidad no confesa entre las dos ciudades más importantes del país. Es el 5 de septiembre de 1971, y sobre el ya mítico pasto de aquél, uno de los centros futboleros más importantes del planeta, se juega la final de la segunda Copa Mundial de Futbol Femenil, donde la anfitriona selección mexicana enfrenta a Dinamarca. Pero ese evento, que debería ser icónico para el imaginario del deporte internacional, permanece prácticamente olvidado en la memoria futbolística del país y del mundo. Es más, nunca reconocido oficialmente por la FIFA, ha sido casi borrado de facto, y sólo los archivos hemerográficos, las viejas imágenes de la televisión –no transmitidas en años desde 1971– y los recuerdos de algunxs, planean sobre la amnesia colectiva.

Esas imágenes, esos archivos y sobre todo los testimonios de las mujeres que formaron parte de la selección pionera de futbol femenil durante los escasos dos años en que estuvo plenamente activa –1970 y 1971– son rescatados por Tan cerca de las nubes (2023), una película dirigida por el documentalista mexicano Manuel Cañibe que se adentra en la formación del equipo, peripecias, proezas y momentos agridulces que vivieron un grupo de jóvenes que, sin saberlo, allanaban el camino para un futbol que hasta ahora –medio siglo después– a fuerza de mercado y avances del feminismo comienza a ser realmente reconocido por algunos sectores de la sociedad y la industria global del deporte.

La historia de jugadoras como las porteras Elvira Aracén y Yolanda Ramírez, las defensas Martha Coronado, Lulú de la Rosa y Bertha Orduña, y las centrodelanteras Sandra Tapia, María Eugenia “La Peque” Rubio y Alicia “La Pelé” Vargas, algunos de los nombres más recordados de aquella selección, ilustra las condiciones que rodeaban al futbol femenil de la época, una actividad no considerada profesional y que sufría –y en buena parte sigue sufriendo– de los embates machistas: «el futbol no es un deporte para mujeres», «las viejas van a la cocina», «las futbolistas son unas marimachas», les  decían; o de clase: «las futbolistas son prófugas del metate». Y sin duda, son sus personalidades las que toman y sostienen la película de Cañibe [1970], un documental convencional y de “cabezas parlantes”, pero con un efecto narrativo optimizado por cualidades emotivas que conducen al espectador con suavidad. Hoy señoras de la tercera edad que cuentan sus anécdotas futboleras frente a la cámara (con narraciones que llevan a la risa, la ternura o el asombro), las jugadoras aparecen en las viejas grabaciones de principios de los 70 como ágiles atletas sobre el terreno: pequeñas jóvenes saltando por encima de las cabezas de futbolistas europeas que doblaban su estatura, convirtiendo goles imposibles, o en medio de una violenta pelea (magníficamente captada por las imágenes fijas de los fotógrafos en cancha) ante las jugadoras de la selección italiana durante el partido por la semifinal del mundial de Italia 1970 –en el que debe ser el momento más divertido de Tan cerca de las nubes–.

En la final de 1971 el equipo nacional fue derrotado por las danesas en un partido que pese a la tragedia que significó para las mexicanas, está lleno de elementos que debieron ser memorables. La presentación de esas imágenes de archivo en la película es el punto culminante de una crónica que rescata los momentos más importantes del equipo: sus primeros partidos relevantes en la copa del mundo de Italia (un año antes), el orgullo de representar a un país pese a la falta de reconocimiento, la precariedad y la injusticia inherentes al futbol femenil del momento, la inocencia y pasión de las integrantes, quienes contra todo prejuicio demostraron que el futbol jugado por mujeres puede ser incluso mejor.

Tan cerca de las nubes no es una película “de autor” o una propuesta cinematográfica compleja ni con pretensiones de sofisticación más allá de la solvente combinación de testimonios, imágenes granuladas y música de cámara o de época. Se agradece, porque su intención es clara: llegar a un público lo más amplio posible –de preferencia a través de las plataformas– y detonar un recuerdo que fue difuminado a propósito por un sistema social, político y mediático que en la década de los setenta (y también después) se negó a otorgar a las mujeres el lugar que merecían. Valga la historia de aquellas pioneras, que mirando de frente en las tomas finales del documental nos recuerdan que las batallas por la igualdad también se pueden librar desde una cancha de futbol.

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Gustavo E. Ramírez Carrasco es uno de los editores de Icónica y coordina el área de publicaciones de la Cineteca Nacional. Ig y X: @gustavorami_