5 recomendaciones del Riviera Maya Film Festival
Por Icónica | 29 de junio de 2016
Sección: Historia(s)
Oleg y las raras artes (Andrés Duque, 2016)
Andrés Duque no para. Su documental más reciente mantiene el interés por las imágenes en movimiento y la música. Esta vez retrata al músico Oleg Karavaichuk a través de una proyección que parece un autorretrato. Además, el monólogo del protagonista está acompasado magníficamente con la música de su creación. ¿No es el arte el mayor recurso que tiene un artista para compartir su visión del mundo? A lo largo de una hora, este fascinante personaje narra su vida y sus intereses estéticos ante una cámara que persigue sus movimientos como si fuera un instrumento más de su música. La mirada de Duque no es sólo un testigo de uno de los creadores más enigmáticos recientes, sino un verdadero protagonista del relato. Karavaichuk murió a sus 88 años el pasado 13 de junio.
A pesar de la noche (Malgré la nuit, Philippe Grandrieux, 2015)
El relato más reciente de Philippe Grandrieux explora los celos, las heridas y la complejidad de las relaciones personales a través de una historia amorosa donde los encuentros azarosos son los protagonistas. Con una puesta en escena sombría y un montaje vertiginoso, el cineasta francés consigue un estilo contundente para acercarse a temas inasibles. El espectador se ve envuelto en una atmósfera enrarecida que comparte con los personajes del filme.
Schneider contra Bax (Schneider vs. Bax, Alex van Warmerdam, 2015)
Ganadora en la categoría de mejor película internacional en el Festival Internacional de Cine de Locarno, esta cinta narra el enfrentamiento de dos hombres: un asesino a sueldo y un escritor. Schneider contra Bax es una historia violenta con tintes humorísticos oscuros. Además de la fotografía, destacan las estupendas actuaciones de Alex van Warmerdam en el papel de Bax y la de Tom Dewispelaere como Schneider. La violencia como un factor de negocio y sobrevivencia.
Amor y paz (Love & Peace, Sion Sono, 2015)
El estilo de Sion Sono para representar la cultura pop japonesa es sumamente original. En su cinta más reciente se ocupa del espectáculo y del ego a través de un relato con tintes fantásticos. El protagonista (Hiroki Hasegawa) es un hombre fracasado e inseguro que sueña con ser una estrella de rock y tiene una tortuga como mascota. Estos compañeros inseparables se ven profundamente abatidos cuando tienen que tomar su propio camino. Un cinta cuyos méritos estéticos recaen en la experimentación y el riesgo formal.
Semana Santa (Alejandra Márquez, 2015)
La ópera prima de Alejandra Márquez es un drama familiar mesurado: Dalí (Anajosé Aldrete Echevarría) es una madre deprimida que sale de vacaciones con su novio (Tenoch Huerta) y su hijo (Esteban Ávila). El decadente hotel de Acapulco donde se hospedan se convierte en símbolo del duelo y la nostalgia de épocas pasadas. Durante los días que pasan ahí, los tres personajes experimentan sentimientos de soledad y decadencia. Un filme contundente que no recurre a sentimentalismos ni dramas exagerados.
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