10 claves para acercarse al cine de la I

10 claves para acercarse al cine de la India

Por | 15 de julio de 2016

Sección: Historia(s)

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Es común pensar en dos vertientes fílmicas principales: el gran cine comercial internacional y el cine de autor. El primero es predominantemente industrial y estadounidense; mientras el segundo es personal y, en consecuencia, íntimo. También existe el cine comercial regional –pensemos en los blockbusters mexicanos recientes que, sin embargo, tienen poca o nula relevancia fuera del país y que, además, siguen estándares hollywoodenses. La realidad, sin embargo, es mucho más compleja. Hay industrias fílmicas enteras de las que apenas conocemos un poco (Japón y Corea del Sur) y hay otras que están totalmente fuera de nuestro radar: Egipto, Irán, Nigeria. Pero entre todos los cines destaca el de la India, una industria enorme con usos culturales radicalmente únicos. Nos parece indispensable dedicarle una mirada a ese gran otro fílmico.

1.- La India tiene la industria cinematográfica más grande del mundo de acuerdo con la cantidad de gente trabajando en ella y la cantidad de películas producidas: entre 1,500 y 2,000 cintas al año. Para tener un punto de comparación, en Estados Unidos se realizan alrededor de 500 cintas anualmente.

2.- Ahora, más que una industria se trata de un racimo de industrias formando un gran todo, aunque con especificidades regionales y lingüísticas. Hay mucho más que el conocido Bollywood (en hindi). Cada año también se hacen cientos de películas en telugu, tamil, malabar, canarés, marathi y bengalí, además de decenas de cintas en otras veinte o treinta lenguas.

3.- Aunque su producción rebasa por mucho a otras industrias, no sucede lo mismo con los ingresos. Existe un público cautivo del cine en la India, pero hay pocas salas en comparación con el número de habitantes. Mientras en Estados Unidos hay una sala por cada 7,800 habitantes, en la India hay una por cada 96,300. Por otro lado, más de 10,000 cines –de los 13,000 que hay– sólo tienen una sala, volviendo la distribución dentro del país un negocio poco redituable. Esto independientemente de la inteligibilidad lingüística.

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4.- Estamos acostumbrados a un calendario bastante predecible: en verano salen los principales blockbusters y hay estrenos alrededor de las grandes premiaciones. En la India es distinto, los estrenos se rigen por su propio calendario y las grandes películas comerciales salen en Eid al-Fitr (la fiesta de la ruptura del ayuno), el día que conmemora el fin del Ramadán (en junio o julio, dependiendo del año). Un asunto curioso, si se toma en cuenta que, aunque el Islam es la segunda religión del país, sólo es practicada por el 14.2% de sus habitantes.

5.- El cine en la India gira en torno a dos temas importantes: el héroe y la familia. La vida familiar de los protagonistas siempre es un tema crucial y forma parte inseparable de la historia. Por otro lado, los héroes son íconos tan importantes que los actores no son mencionados en los pósters porque el público los reconoce.

6.- Los números musicales son un factor característico de Bollywood y parecen remontarse a las dos épicas más importantes de la India, el Mahābhārata y el Rāmāyaṇa. Estas dos historias del triunfo del bien sobre el mal –la victoria del noble clan pándava sobre el traicionero kaurava y la de Rama sobre el rey demonio Rávana, respectivamente– son representadas tradicionalmente en puestas en escena coloridas que se trasladaron al cine dando pie a los grandes rasgos distintivos de Bollywood: la figura del héroe y el uso de la música.

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7.- La experiencia ir al cine en la India es profundamente distinta a la nuestra. En un ritual interactivo y social, los espectadores reaccionan a los estímulos: si algo les aburre, se salen y regresan después, cantan, aplauden, abuchean, incluso se levantan a bailar, como si se tratara de una crítica instantánea. Además la gente suele pedir que se repitan los números musicales. Todas las proyecciones, de un promedio de tres horas, tienen intermedios. Los cines ofrecen asientos de distintos precios, los más baratos son los más cercanos a la pantalla. Por otro lado, también existen cines itinerantes, aunque cada vez están más cerca de la desaparición, que llevan las cintas y las proyectan en comunidades rurales.

8.- Podría decirse que hay dos “tipos” de cine en la India: las grandes producciones populares y el llamado cine “paralelo” (cine de autor), indicio del enorme poder de la cultura ilustrada occidental. The Cinema Travellers (Shirley Abraham y Amit Madheshiya, 2016), documental que formó parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes este año, es un gran ejemplo de esto: con un enfoque distinto de la pasión por las imágenes en movimiento característica del país, es la historia de los últimos cines itinerantes y las distintas maneras de conservar y vivir el cine. El gran clásico de este cine es el bengalí Satyajit Ray.

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9.- Tanto las películas de Bollywood como el cine “paralelo” han hablado tradicionalmente sobre el sistema de castas y la discriminación. Estos ejercicios han sido bien recibidos tanto por el público como por la crítica. Un ejemplo reciente es Sairat (2016) de Nagraj Manjule, que se estrenó en el último Festival de Cine de Berlín.

10.- La industria cinematográfica de la India tiene una premiación anual, los Filmfare Awards, que está hecha muy a la medida de Bollywood y reconoce las particularidades de sus producciones en categorías para nosotros estrambóticas como premio al mejor cantante de playback o a la mejor coreografía.