5 momentos fundamentales de Kubrick

5 momentos fundamentales de Kubrick

Por | 7 de marzo de 2016

Su desempeño como fotógrafo

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A partir de una fotografía que tomó y fue publicada por Look en 1945, Stanley Kubrick (Nueva York, 1928 – St. Albans, 1999) comenzó a trabajar en esa revista documentando de manera sensible distintos aspectos y personajes de la vida neoyorquina. Su trabajo se volvió cada vez más profundo, dando lugar a una serie de ensayos y fotorreportajes entre los que destaca uno sobre el boxeador Walter Cartier, el cual funcionó como base para su primer acercamiento con el cine, el corto documental Day of the Fight (1951). Su fijación con la fotografía y la mirada se convirtió en uno de los pilares principales de su cine.

 

La versatilidad de los géneros en sus filmes

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A lo largo de su trayectoria, Kubrick experimentó con distintos géneros aceptando una diversidad impresionante de retos al adaptarse a las convenciones de cada uno. Empezó con trabajos documentales para terminar construyendo una obra cuyas partes se desenvuelven en zonas muy distintas entre sí: 2001: Odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) es una historia de ciencia ficción; El resplandor (The Shining, 1980), es de terror, Espartaco (Spartacus, 1960), es una historia épica de gladiadores, por mencionar algunos ejemplos.

 

 

Su trabajo con la música

Uno de los aspectos más aplaudidos del cine de Kubrick es su manera de musicalizar sus filmes y la fuerza que este tipo de acentuación le otorga a sus relatos. Algunos ejemplos: la música de György Ligeti y de Richard y Johan Strauss es empleada como leitmotif en momentos importantes de 2001 dando lugar a secuencias icónicas y memorables (Ligeti también aparece en Ojos bien cerrados y El resplandor); los temas de Krzysztof Penderecki son un elemento recurrente en El resplandor; Naranja mecánica (A Clockwork Orange, 1971) tiene una serie de momentos en los que el contraste entre la violencia y la musicalización es abrumador; en Cara de guerra (Full Metal Jacket, 1987) utilizó temas de bandas como The Rolling Stones y The Dixie Cups para musicalizar una historia de guerra.

Sus adaptaciones literarias

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El cine se ha nutrido de la literatura desde sus inicios. Entre los clásicos del cine que surgieron de la obra de Kubrick, existen algunas adaptaciones excepcionales hechas, en varias ocasiones, a partir del diálogo con los autores de los textos originales. El guión de Lolita (1962), con modificaciones considerables respecto al libro, fue escrito también por Vladimir Nabokov. En el caso de 2001: Odisea del espacio, el guión fue un proyecto colaborativo entre él y el novelista Arthur C. Clarke (partiendo de su cuento El centinela). Para Full Metal Jacket, trabajó con el autor Gustav Hasford y el corresponsal de guerra Michael Herr. Por otro lado, el relato de Naranja mecánica emplea los recursos del lenguaje cinematográfico para explotar la fuerza de un gran libro y convertir al protagonista en un ícono del cine y la cultura pop. Finalmente, Ojos bien cerrados (Eyes Wide Shut, 1999) está basada en la novela corta de Arthur Schnitzler, Historia de sueños.

 

Sus proyectos inconclusos

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Después de 2001, Kubrick planteó la realización de una película biográfica sobre Napoleón. Con un guión preparado y detalles como el elenco y las locaciones previstos, hubo una serie de complicaciones para que este proyecto se concretara. Sin embargo, el guión y algunos documentos de preproducción existen como evidencia de que se trataba de un proyecto prometedor (se pueden consultar en un libro admirablemente editado por Taschen). El director también tuvo la intención de realizar un filme sobre el Holocausto que se titularía Papeles arios; sin embargo, decidió no realizarlo para que no coincidiera con La lista de Schindler (Schindler’s List, Steven Spielberg, 1993), ya que consideró que esto afectaría su circulación comercial.