Sola contra el poder

Sola contra el poder

Por | 17 de marzo de 2017

En octubre de 2016 el senador panista Jorge Luis Preciado propuso reformar el artículo 10 de la Constitución para permitir la portación de armas de fuego en nuestro país. La idea era que los mexicanos tuvieran mayor seguridad y pudieran defenderse de manera legítima dado el incremento de inseguridad y violencia de los últimos años.

El miércoles 18 de enero, menos de tres meses después de que apareciera esta propuesta, México amaneció con una noticia que provocó la indignación de toda la población. Un joven de 15 años atacó con una pistola a su profesora y a varios compañeros de clase con un arma propiedad de su padre, disparándose después y dejando a tres personas heridas.

La corta diferencia temporal de ambas noticias no es del todo una coincidencia, pues de 2011 a 2015 la importación de armas a México creció un 331%, su volumen más alto desde 1990. El principal proveedor es Estados Unidos, el país número uno en posesión civil de armas de fuego y también una de las naciones con mayor número de tragedias escolares por el uso de estas. Un tema que ha generado debates y discusiones y que el director John Madden ha retomando para su película Sola contra el poder (Miss Sloane, 2016).

Esta cinta protagonizada por Jessica Chastain cuenta la historia de Elizabeth Sloane, una famosa y poderosa cabildera que ha sido contratada para evitar la aprobación de una ley sobre el control de armas, tarea que le hará enfrentarse con los hombres más poderosos de Washington y contra quienes deberá usar todas sus habilidades en el terreno de la política.

El trabajo de Madden (Portsmouth, Inglaterra, 1949) en esta cinta no sólo busca darle vida a un personaje tan duro y desalmado como el de Elizabeth Sloane, sino que intenta dibujar una radiografía sobre el actuar de la política en Estados Unidos, una imagen que bien puede ser una interpretación de las vértebras de la clase política mundial.

Sola contra el poder trabaja bajo un tema delicado en el país vecino del norte: la compra y portación de armas de fuego. Un debate que más bien sirve de excusa para visibilizar el carácter de los políticos ante una discusión lejos terminada. Un acercamiento sobre cómo la lógica de controlar la compra de armas se contrapone con el poder político y sus intereses o relaciones con esta industria cuyos ingresos en 2014 se estimaban en 14.000 millones de dólares y que cada año incrementan considerablemente. Por ello, la visión inglesa de Madden resulta cierta y arriesgada en un país donde es más fácil comprar una pistola que conseguir una botella extra de medicina para la gripa.

Sola contra el poder es un ejercicio mental y visual sobre el trabajo político. Sobre cómo los intereses de las industrias y el bienestar económico de la clase política es más relevante que los temas a discutir. Pues bien hay que diferenciar que si Elizabeth Sloane tiene clara la postura que defiende, su hambre por ganar al final arrolla todo aquello que está a su alcance y deja muy en claro la mal citada frase de Maquiavelo «El fin justifica los medios».

La imagen de Elizabeth Sloane como una poderosa y dura cabildera no sólo pone en jaque la incongruencia política sobre el tema de las armas, sino que refuerza la imagen sucia de la política mundial. Los giros de la trama dan muestra de cómo el manejo del gobierno es un complejo nido de enredos donde las conexiones son frágiles y poco fiables, y donde un personaje puede ser capaz de corromperse y perderse a sí mismo con el fin de obtener su objetivo.

A pesar de estar situada en los Estados Unidos, la suciedad, la bajeza y el absurdo de los personajes y sus acciones de esta cinta se sienten demasiado cercanos a la realidad de la clase política mexicana.


Adolfo López es egresado de la carrera de comunicación en la UNAM. Ha colaborado en la Revista Domingo, en la Revista Cinefilia y el portal de Time Out.