Cuates de Australia

Cuates de Australia

Por | 1 de abril de 2013

Cuates de Australia es un ciclo: la ley de la vida.  Lo vemos con los habitantes, con los animales y con el agua –tema central del documental del director Everardo González– de la rancho Cuates de Australia, en Cuatro Ciénegas, Coahuila.

Como en todos los ciclos, hay un inicio: un caballo insemina a una yegua, una pareja joven está en el hospital viendo el ultrasonido de su próximo hijo, el agua está al tope en los estanques y se logra ver el color verde en el desierto.

Con el transcurso del documental podemos ver el crecimiento de los pobladores: los bautizos de los más pequeños, cómo aprenden a leer los niños en la primaria, los adolescentes sintiendo pena al estar bailando con algunos de sus compañeros. Mientras tanto, el agua se va acabando y el desierto comienza a tornarse seco.

Nadie sabe por qué el nombre de “Cuates de Australia”, ni los habitantes más longevos, pero lo que sí tienen muy claro es que, al llegar la sequía, deben emigrar para establecerse donde hay agua.

Los habitantes comentan que antes, hace mucho tiempo, llovía muy seguido en la región. No saben por qué la lluvia ya no llega, lo atribuyen a un poder superior: «La lluvia la manda Dios y sólo él sabe por qué no la manda». Los animales comienzan a beber lodo del estanque.

Llega lo inevitable: la desnutrición, la sequía, los coyotes, la muerte. Los habitantes empiezan a guardar lo necesario: unas cuantas mudas de ropa, muebles y comida para sobrellevar el viaje y poder vivir con cierta comodidad en el nuevo refugio, con la esperanza de volver a casa.

El documental es una muestra más de la capacidad de investigación de Everardo González (Fort Collins, 1971), aunada al gran trabajo fotográfico que hace él mismo: amplias tomas que nos muestran la soledad, sequedad e inmensidad del desierto; imágenes de los habitantes: los rostros, sus costumbres, la interacción de los individuos con el entorno.

Cabe destacar que Cuates de Australia (2011) recuerda el sentido de denuncia del documental, porque aunque no era el objetivo de la película, el gobierno de Coahuila invirtió $4,000,000 para que los habitantes de la ranchería tengan agua todo el año.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 4, primavera 2013, p. 51), y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


Daniela López Amézquita produce contenido audiovisual para la Cineteca Nacional.