Atrapen al gringo
Por Jorge Antonio Gutiérrez Flores | 1 de septiembre de 2012
Sección: Crítica
Temas: Adrian GrunbergAtrapen al gringoGet the GringoMel Gibson
Partiendo de la idea de que el cine funciona como una especie de catalejo subjetivo a través del cual son observadas las sociedades por un grupo determinado de personas, la película Atrapen al gringo (Get the Gringo, Adrian Grunberg, 2012) es un triste ejemplo de cómo se nos mira del otro lado de la barda. México, bajo la lógica de la cinta, es presentado como una extraña mezcla de violencia, injusticia y tacos.
Puede parecer que si uno fuera productor estadounidense –como es el caso del genio loco de Mel Gibson (Nueva York, 1956) productor, coescritor e intérprete de esta cinta– y deseara realizar una película en un contexto hostil, con leyes que pasan a segundo plano, lleno de vicios y algo exótico, uno ya no tiene que viajar lejos, lo único que tendría que hacer es abrir la puerta trasera de su casa y vislumbrar que existe un país llamado México que ofrece dichas características. Porque “El Pueblito”, en donde acaece la mayor parte de la historia, no es un lugar inexistente, sino que ese sitio hoy, desafortunadamente, existe en el norte del país.
El pretexto para hacer la película es simple: un ladrón que roba otro ladrón tiene un percance en las líneas fronterizas y fortuitamente cae a nuestro país, es aprehendido por unos policías mexicanos que al ver lo que carga, deciden sacar ventaja y mantenerlo preso de nuestro lado. Y nuestro lado es un retrato de todos esos olores, sabores y matices idiosincráticos de la cultura mexicana, como ese culto a la “jefa”, ley no escrita alguna vez abordada con grandilocuencia por Octavio Paz.
Podría pensarse que esta película es en gran medida un trabajo nacional por las locaciones, los actores, los extras y el considerable porcentaje de español utilizado en la cinta –es más, hasta el gringo lo habla–, pero está pensada desde otra región del mundo, si bien no muy alejada territorialmente, sí muy distante ideológica y culturalmente.
Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 2, otoño 2012, p. 59), y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.
Jorge Antonio Gutiérrez Flores es el coordinador de eventos especiales y tráfico de películas de la Cineteca Nacional.
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