Free Radicals

Free Radicals

Por | 26 de abril de 2017

Categorías a un lado, puede considerarse que existe un cine que evade los elementos más convencionales de las películas en general. Sin lugar a dudas Free Radicals de Len Lye, se encuentra dentro de esta tradición, que con menos difusión se ha venido realizando prácticamente desde la invención del cinematógrafo como lo prueban las obras de Viking Eggeling, Hans Richter o Walter Ruttmann.

La película de Lye (Christchurch, Nueva Zelanda, 1901-Warwick, Estados Unidos, 1980) dura apenas poco más de cuatro minutos. Si intentamos una descripción de ésta, tendríamos que decir que sobre un fondo negro van apareciendo y desapareciendo líneas blancas, que salvo por algunas líneas más gruesas y verticales, son todas ellas de formas caprichosas. Hay que decir que el director rasguñó directamente la película de 16 milímetros con la que trabajó. Gracias a esto las líneas tienen cierto carácter salvaje, rudo, que junto a la música de la tribu baguirmi de Chad, producen a lo largo de toda la película un ritmo vertiginoso.

Al respecto de Free Radicals (1958/79) el mismo Len Lye dijo que después de elegir algunos objetos: buriles, agujas, incluso puntas de flechas y de pegar por las orillas la película con cinta adhesiva, imaginaba líneas que no podía realmente ver porque las manos tapaban lo que iban trazando al rasguñar. Decía que esa era la razón por la cual las líneas tienen ese rasgo “espástico”.

Esos trazos espásticos, contrahechos, son quizá lo más característico de la película, que gracias a la edición desbocada y precisa al mismo tiempo, generan imágenes sugerentes que a veces recuerdan una tormenta de relámpagos, escrituras primitivas, representaciones rituales que se quedan vibrando en la cabeza aun después de terminada la película. En este sentido Free Radicals nos hace preguntarnos nuevamente qué cosa es el cine, al menos desde la perspectiva de que éste trabaja con imágenes y el poder de las imágenes no radica en las anécdotas.

En su ensayo, “El cine de vanguardia”, Peter Weiss anotaba que:

Al lado de las obras de grandes dimensiones, los poetas del film trabajan a menudo en pequeñas unidades. No buscan la acción cerrada, la materia narrativa, el drama cumplido. Muchas veces les importa sólo mondar la cáscara de una situación. Quieren describir la complejidad y la multiplicidad de planos de una pequeña pieza. Quieren la visión en vez de la reproducción. A menudo sus trabajos se quedan en intentos de laboratorio, en experimentos formales medio logrados, pero muchas veces consiguen representar un nuevo mundo, puramente cinematográfico. Sin los experimentadores, los cineastas, apenas sería posible el avance del arte cinematográfico, y el cine se instaría en la esterilidad que hoy día, con pocas excepciones, nos abruma en todas las salas.

Y esto puede decirse plenamente de la pequeña pieza monumental que es la película de Len Lye, la elaboración de un nuevo mundo.

Free radicals es una danza de líneas que empezó a gestarse en 1958 y que finalmente pudo terminarse varios años después en 1979. La película posee una embriagante atracción y deja a cada espectador la posibilidad de inventarse o no una narración. Esto, sin embargo, no tiene ninguna importancia pues el resultado es el de una enriquecedora experiencia visual a la que es preferible simplemente abandonarse.

Len Lye tuvo como contemporáneos a otros sagaces experimentadores como José Antonio Sistiaga, Mary Ellen Bute, Marie Menken, Hy Hirsch, Rafael Ruiz Balerdi, Norman McLaren o Stan Brakhage, nombres que permiten entender ahora a directores como Ben Russell, Ian Helliwell o Bärbel Neubauer.

https://www.youtube.com/watch?v=dQZ9R6N9j3w


José Luis Bobadilla es el director editorial de la revista Mula Blanca y uno de los responsables de MaNgOs de HaChA, la única editorial mexicana con una colección dedicada al cine. Sus libros más recientes son Las máquinas simples (poemas y ensayos, 2009), Un mundo (poemas, 2014), Vieytia (novela, 2014) y La realidad (nouvelles, 2015).