Playtime & Kapital, de Isaac Julien

Playtime & Kapital, de Isaac Julien

Por | 21 de julio de 2016

Nuestra experiencia del capital, en palabras más o menos exactas de David Harvey, es parecida a nuestra experiencia de la gravedad. Incorpórea. Irrefutable. Invisible. Omnipresente. Total. Cuando una manzana cae del árbol, pensamos: es por la gravedad. Cuando cierra una fábrica, quiebra un banco, se desploma una moneda o estalla la inflación, decimos: es por el capital, y levantamos los hombros. Este ejemplo de Harvey se repite como un eco desfasado en dos momentos de Playtime (2014) y Kapital (2013), el díptico de videoinstalaciones dirigidas por Isaac Julien (Londres, 1960) y albergadas actualmente por el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la ciudad de México. Puestas a dialogar, las piezas escenifican uno de los debates más viejos del marxismo, entre aquellos asociados a los procesos creativos y las funciones del arte: práctica frente a teoría; ficción frente a documento; prueba contra premisa. Praxis, le decían.

Kapital registra una charla pública entre Julien y Harvey, como parte del seminario “Choreographing Capital”, en la Hayward Gallery’s Wide Open School, en torno a los límites y posibilidades para leer el entorno posterior a la crisis financiera de 2008 a partir del marxismo clásico; Playtime, una coreografía de montaje compuesta de tres pantallas (siete, en la instalación original), seis canales de audio e instalada en una sala adyacente –tanto, que el sonido se filtra hacia la pieza vecina– es un ejercicio de ficción que retrata a varios personajes cuya suerte, buena o mala, gravita alrededor de la crisis financiera y sus secuelas en un rascacielos de Dubái, los suburbios de Reikiavik, la City londinense y una casa trasnacional de subastas de arte.

Ambos ejercicios examinan los efectos menos evidentes del caos económico no desde Wall Street, los círculos gubernamentales o las casas de bolsa, sino en polos aparentemente periféricos –como la academia– o tangenciales: la globalización del subempleo, el precio de la vivienda o el boom de las obras de arte como único valor monetario estable en un mercado poseído por la histeria. El rostro, las voces y el milimétrico montaje a tres bandas revelan, en Playtime, ángulos discursivos inesperados, apenas sugeridos o del todo ausentes en la ponencia de Harvey.

Al estar producidas con cámaras de gran formato, en 16:9 y alta definición, las dos piezas muestran a un Julien consciente de las posibilidades estéticas y discursivas del espacio físico, pero también de la ironía: al filmar inmaculados pisos corporativos, naves industriales de arquitectura intimidante o rascacielos que aúnan la sugestión fálica con el magnético sex appeal del gran capital, el cineasta británico se sabe hablante de un lenguaje que lo mismo sirve a la publicidad trasnacional que a la subversión ideológica. La imagen en ningún caso es inocente, y las de Playtime & Kapital, financiadas con un presupuesto de grosor industrial y echando mano de rostros reconocibles –James Franco, Maggie Cheung y Colin Salmon–, resultan en una ironía ambigua, que evita lecturas didácticas o aleccionadoras.

Habitante del marginal East End londinense y alumno estrella del sociólogo cultural Stuart Hall, Isaac Julien quizá sea el último eslabón activo –menor de sesenta– de la vigorosa escuela británica de estudios culturales de Birmingham que lo mismo trae a cuenta a Raymond Williams, al propio Hall o a Terry Eagleton. Como artista, Julien ha proyectado por tres décadas una obra en donde la estética y los métodos del documental dialogan con áreas fronterizas del discurso audiovisual, cada vez más arriesgadas. Como proyecto en curso, Playtime & Kapital representa un puerto de llegada para muchas de sus inquietudes académicas, creativas y estéticas, así como una de las ventanas más nítidas para examinar las secuelas de la crisis financiera y la fantasmal ubicuidad del capital en nuestro tiempo, nuestro entorno o los rincones menos sospechados de la alcoba o la memoria.


Sergio Huidobro es candidato a maestro en Letras Latinoamericanas por la UNAM. Formó parte del programa Berlinale Talents Press 2016 del Festival Internacional de Cine de Berlín. Recientemente fue incluido en la antología Dos amantes furtivos: Cine y teatro en México (2015).