Mundo Jurásico

Mundo Jurásico

Por | 19 de junio de 2015

En el 2015 varias franquicias fílmicas han regresado con nuevas entregas con el objetivo de darle al público más de lo que ya conoce, y una que otra novedad. Este año se estrenan Terminator Génesis (Terminator: Genisys), Spectre (la película número 24 de James Bond), La guerra de las galaxias: Episodio VII – El despertar de la fuerza (Star Wars: Episode VII – The Force Awakens) y Misión: Imposible V (Mission: Impossible – Rogue Nation). Aunque esto nos dice mucho sobre el estado de Hollywood, el fenómeno no es nuevo y tampoco parece dar señales de que termine en algún momento. Sin embargo, siempre hay excepciones (ahí está la recién estrenada Mad Max: Furia en el camino), y por eso vale la pena analizar cada una de ellas según la tradición fílmica que haya establecido.

Mundo Jurásico (Jurassic World, 2015) parte de un éxito noventero cuyas secuelas, El mundo perdido (The Lost World, 1997) y Parque Jurásico III (Jurassic Park III, 2001), no estuvieron a la altura de su predecesora. Aunque esto no quiere decir que hayan sido decepciones significativas para el público (no sufrieron del efecto Jar Jar Binks que dejó agonizando a los fanáticos de La guerra de las galaxias en 1999). No hay que olvidar que las costumbres cinéfilas cambian de franquicia a franquicia. La cinta de Steven Spielberg nunca llegó a convertirse en una religión como la de Lucas. La diferencia radica en su legado: la primera dejó una gran experiencia al lado de los dinosaurios más realistas que se habían visto hasta entonces; la segunda, un universo que el público se apropió con el tiempo.

¿Cómo hacer una nueva película a partir de Parque Jurásico? Dos intentos ya habían fracasado. ¿Por qué? ¿Qué les hizo falta? La respuesta que se me ocurre es: Spielberg. Lo que el director consiguió en 1993 fue grabar en la memoria del público un espectáculo con dinosaurios como principal atractivo. El director Colin Trevorrow (San Francisco, 1976) y su equipo creativo sabían que el reto era demasiado grande y optaron por hacer una película que, más que una propuesta original, es un homenaje a la primera cinta.

Mundo Jurásico tiene lugar 22 años después de los sucesos de la cinta original, en la misma isla que vio regresar a los dinosaurios de la extinción. Ahora se ha convertido en un lujoso destino turístico administrado por Claire (Bryce Dallas Howard), quien lidia con las visitas de su millonario benefactor y sus sobrinos. La próxima atracción del parque es el Indominus Rex, un dinosaurio construido genéticamente que pone en peligro la seguridad del público y desata el caos en la isla. Las referencias a Parque Jurásico son muchas, tal vez demasiadas. Para demostrarlo, basta recorrer los easter eggs insertados a lo largo de la trama. Son tantos guiños que el recurso no pasa desapercibido. La nostalgia spielbergiana permea a lo largo de toda la cinta, evocando constantemente el bonito recuerdo de “la primera”. Además, la película sacó ventaja del único elemento aprovechable que dejó la cinta original: el parque. El sueño de John Hammond se hizo realidad y ahora el público puede pasearse de forma segura a lado de un braquiosaurio. El intento frustrado se convirtió en el leitmotiv de Mundo Jurásico.

Pero ¿qué puede ofrecer de nuevo esta película si ya tuvimos una entretenida aventura con dinosaurios hace más de 20 años? La solución está en otro dinosaurio, pero uno más grande, con más dientes y más peligroso. El Indominus Rex sirve como alegoría de la película en sí misma y de paso de algunas otras franquicias cinematográficas. La “filosofía del más” terminó por hacer de este dinosaurio una simple máquina de muerte, como la de cualquier otra película de monstruos. Mundo Jurásico transita el mismo camino: es más costosa, con más efectos especiales, con más momentos de acción, con más dinosaurios… Es un monstruo de taquilla que ya en su primer fin de semana rompió récords (aunque eso ya tampoco sorprende a nadie), pero que evidentemente no supera a la original. Pongámoslo en estos términos: Spielberg es un tiranosaurio rex, Colin Trevorrow es el Indominus Rex. ¿Con cuál se quedarían?

Lo arriba escrito no quiere decir que la película haya fracasado en el camino. Al contrario, de las tres secuelas es la que más aprobación ha ganado entre el público. Esto no se debe a su propuesta en sí misma, sino a la devoción que demuestra por su progenitora. Dentro de su tradición fílmica se distingue por remarcar una fidelidad con la que la gente se identifica, asegurando con eso un efecto positivoSe rumoran más entregas de la franquicia. Habrá que analizarlas en su momento.

(Por cierto, Colin Trevorrow también eligió al tiranosaurio rex.)


Israel Ruiz Arreola forma parte del equipo editorial de la Cineteca Nacional desempeñándose como investigador especializado.