La cosa del otro mundo

La cosa del otro mundo

Por | 1 de junio de 2012

Partamos de la idea de que un remake nace con taras. Como aquellos casos en los que se condena al hijo a intentar repetir los logros del padre –si los hay– marcándolo con el mismo nombre del progenitor: el resultado, en repetidas ocasiones, es un hijo ofuscado por las esperanzas puestas en él, yéndose en ocasiones por caminos oscuros y pedregosos.

Con la mayoría de los remakes sucede lo mismo… aunque no con todos.

La cosa del otro mundo (The Thing, 2011), dirigida por Matthijs van Heijningen Jr. (Ámsterdam, 1965), tenía la tarea aún más complicada: se trata de una precuela a un clásico de la ciencia ficción (dirigido en 1982 por John Carpenter), que, a su vez, es la segunda adaptación a la novela ¿Quién anda ahí?, de John Campbell (la primera es el también clásico de 1951, dirigido por Christian Nyby y Howard Hawks)… Bueno, hasta escribirlo resulta un poco penoso. Pero los tiempos de reciclaje y reelaboración están pasando de ser una constante, a ser parte natural de la dinámica fílmica.

Pareciera que se está transitando hacia una convivencia pacífica con las intromisiones de la modernidad en el aparentemente orden del mundo clásico: que entren todas las reelaboraciones que quieran, mientras los originales sean guardados en su justo lugar, para sopesarse y disfrutarse a cada oportunidad. 

Eso mismo parece que piensan Van Heijningen y los productores de esta precuela (Marc Abraham y Eric Newman), quienes aseguraron que no se hubieran atrevido a realizar un remake a la versión de Carpenter, aunque sí vieron posibilidades en indagar en la génesis de aquel gran relato de aislamiento y desconfianza.

Y aunque la precuela se desarrolla también en la Antártida, y su conflicto surge a partir de la incertidumbre sembrada por un extraño (de otro planeta) en un grupo de gente (exploradores), y a pesar de que las posibilidades dramáticas que ofrece una entidad camaleónica se resumen a las mismas, esta precuela brilla como una posibilidad de rescatar un cine de monstruos que parecía estar perdido.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 1, verano 2012, p. 63) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


Mauricio Matamoros Durán, coeditor de Icónica, está a cargo de la hemeroteca del Centro de Documentación de la Cineteca Nacional.