La balada de Genesis y Lady Jaye

La balada de Genesis y Lady Jaye

Por | 1 de mayo de 2012

La relación del artista contracultural y revolucionario Genesis P-Orridge y su amada Lady Jaye representa el amor con todos sus elementos: valentía, una profunda ternura, admiración y la vida consagrada al ser amado hasta sus últimas consecuencias. La pasión por el otro hasta el grado de querer ser uno solo supera la mera relación entre dos y se convierte en una afrenta ante lo moralmente aceptable y en una expresión solidaria para todos aquellos que quieren ir más allá de las restricciones que sus cuerpos les imponen.

Marie Losier consigue con habilidad y belleza tejer un documental que le tomó siete años filmar. Esto significó aproximadamente ciento veinte horas de material en 16mm con su hand crack Bolex de manivela y todo ese tiempo con una vida ligada al frontman de Psychic TV –una vez que Throbbing Gristle se hubo separado–, a su amada Lady Jaye Breyer (Nueva York, 1969-2007), a sus giras, objetos y manifiestos artísticos. Sin duda una labor intensa para la directora. La paciencia y tenacidad de Losier (Bolougne-Billancourt, Francia, 1972) son recompensadas y el público es el principal beneficiado. Pocas películas logran de manera tan rigurosa exponer por un lado un tema tan polémico como el derecho radical a transformarnos en lo que queremos ser: hombre, mujer o un género ambivalente, y por otro un relato amoroso, todo enmarcado en un contexto histórico que no nos permite olvidar la trascendencia de un proceso experimental y revolucionario en el mundo de la cultura urbana en los años 80.

Losier, que ya había hecho retratos de Tony Conrad, Richard Foreman y Guy Maddin, relata que conoció a P-Orridge (Mánchester, 1950 – Nueva York, 2020) después de un concierto. Lo pisó accidentalmente y después de charlar y conocerse por un breve tiempo él, ahora ella, la invitó a documentar su balada.

Al final, el romance entre directora y los héroes de la película nos devuelve su historia así como la inspiración de amar y ser dueños de la nuestra para relatarla ante el mundo, libres, como mejor nos plazca.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 0, primavera 2012, p. 57) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


Verónica Ortiz Cisneros es la directora de Programación y Difusión de la Cineteca Nacional.