Un toque de pecado
Por José Antonio Valdés Peña | 1 de julio de 2014
Sección: Crítica
Temas: A Touch of SinCine chinoJia ZhangkeTian zhu dingUn toque de pecado
Ganador del premio al mejor guión en Cannes, Jia Zhangke (Shanxi,1970) concreta con Un toque de pecado (Tian zhu ding, 2013) una expedición a la violencia. Cuatro líneas argumentales que se entrecruzan, o bien, dan origen a una nueva historia, todas ellas orquestadas en torno a dos tópicos: la vida en la China rural contemporánea y la forma en la cual cuatro personajes reaccionan cuando su alma entra en punto de ebullición a causa de la violencia que les rodea.
La China actual que Jia plantea en la cinta no podía ser más desoladora. Rodeada por múltiples edificios en construcción, símbolos de progreso y modernidad, la vida rural parece asfixiarse a causa de una corrupción enarbolada por pillos que siempre se salen con la suya, enriqueciéndose a costa del bien común. Esta violencia pone a hervir a algunos, como el buen Dahai, un corpulento rebelde que por atreverse a romper el silencio recibe una paliza tras otra. Hasta que no puede más y cual vengador extraído de una película apocalíptica, elimina uno a uno, sin miramientos, a quienes considera el cáncer social. Las demás historias involucran a un criminal en eterna fuga que no se tienta el corazón para conseguir lo que quiere, a un joven mesero enamorado de una prostituta (la violencia socialmente aceptada) y a una mujer que, sobreviviente a la ruptura con su amante, estalla en contra de aquellos que intentan abusar de ella.
Por fortuna, Un toque de pecado no es tan solo una cinta sobre la violencia que engendra más violencia en un círculo interminable, algo así como Un día de furia (Falling Down, Joel Schumacher, 1993) en versión china. A los actos violentos ocurridos en el filme (filmados con seriedad, con dolor) se intercalan imágenes que aseguran lo inútil de lo ocurrido. Como que después del asesinato a sangre fría del propietario de un pobre caballo atormentado sin piedad, éste corra, ya libre, pero aún atado a la desvencijada carreta que arrastraba. Porque la verdadera solución al problema está en eliminar al mal desde su raíz.
Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 9, verano 2014, p. 48) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.
José Antonio Valdés Peña es subdirector de Información y vocero de la Cineteca Nacional. Conduce la sección “Miradas al cine” del noticiero matutino de Canal Once e imparte clases en el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación.
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