La casa de la radio
Por José Antonio Valdés Peña | 1 de enero de 2014
Sección: Crítica
Temas: La casa de la radioLa maison de la radioNicolas Philibert
Al aire. Esto es Radio Francia Internacional, donde las voces procesan el mundo entero para llevarlo a los oídos de quien esté dispuesto a escuchar. Desde la Tour de Francia, informando sobre el estado del tiempo, lo que pasa en el campo o en la ciudad o transmitiendo la música más selecta. En este mundo, no hay de esas imágenes que en muchas ocasiones sólo aturden y alienan a quien las percibe. Este es el universo de la evocación auditiva. Una labor que no conoce de horarios, descansos, pausas. Porque el mundo tampoco sabe de eso.
La casa de la radio (La maison de la radio, 2012) es un sincero homenaje de Nicolas Philibert a quienes han entregado su vida al oficio radiofónico. Pero no en un tono elegíaco o una forzada nostalgia que traten de subrayar las virtudes del medio. Para el realizador, Radio Francia es algo gigantesco, encarnado en ese enorme edificio en forma circular, como una serpiente enroscada en medio del paisaje urbano parisino. Una criatura que es la vez una institución y en cuyos entretelones Philibert se adentra para descubrir lo maravilloso. Porque detrás de las voces hay el rostro de alguien que ha hecho de su voz un instrumento para anidar en el corazón de sus radioescuchas.
Las entrañas de este leviatán radiofónico están habitadas por ingenieros de sonido, locutores, programadores, reporteros y demás personal que hace girar los engranes de esta casa, engranes que no pueden detenerse jamás. Porque fue primero a través de la voz que el hombre supo de su origen y a través de ella ha transmitido sus tradiciones. Por ella adquiere su identidad. El filme es una revaloración de la voz humana.
Aunque centrada en la más importante radiodifusora de Francia, La casa de la radio tiene resonancias universales. Entusiastas como los que protagonizan el filme están en todo el mundo. Para Philibert (Nancy, 1951) son como superhéroes con un superpoder especial: valerse de su voz, manteniendo oculta su identidad física, para detener el apocalipsis de la desinformación, la soledad y el silencio.
Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 7, invierno 2013-14, p. 52) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.
José Antonio Valdés Peña es jefe de la Redacción del área de Publicaciones y Medios y vocero del área de Programación de la Cineteca Nacional. Conduce la sección “Miradas al cine” del noticiero matutino de Canal Once e imparte clases en el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación.
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