Sight & Sound y lo fílmicamente correct

Sight & Sound y lo fílmicamente correcto

Por | 7 de agosto de 2012

Desde 1952, cada diez años, la revista británica Sight & Sound –una de las publicaciones sobre cine más importantes del mundo– actualiza su tradicional lista de las 50 mejores películas de la historia. La lista puede ser consultada en la página oficial del Instituto Británico de Cine, al que pertenece la revista.

Partamos de una reflexión central y obvia: toda crítica o clasificación, por más seria que parezca o pretenda ser, es subjetiva. El mismo personal de la revista lo sabe y lo manifestó en su introducción a la lista. Sin embargo, por su antigüedad, la lista de Sight & Sound  se ha convertido en la máxima expresión del canon cinematográfico. De hecho, sin temor a equivocarnos, podríamos decir que parte del estatus canónico entre el mainstream de la crítica de películas como Vértigo (Vertigo, Alfred Hitchcock, 1958) y El ciudadano Kane (Citizen Kane, Orson Welles, 1941), primero y segundo lugar en la lista actual, provienen de la influencia legitimadora de este ranking, a su vez, legitimado por los cánones crítico y académico provenientes de Cahiers du cinéma y de las universidades anglosajonas.

Aunque no se puede dudar de la calidad de las películas, en general, la selección resulta previsible y excluyente, pues atañe a un tipo de cine que redunda en los intereses intelectualistas de una élite particular, en este caso la de los críticos, programadores o distribuidores del gran circuito del cine de arte, un grupo que en buena medida ha sido determinado por y al mismo tiempo ha marcado el pulso de lo fílmicamente correcto. Salvo algunas expresiones de las cinematografías iraní, japonesa o india destaca la ausencia de industrias periféricas o emergentes con estéticas y propuestas igualmente valuables. Incluso el cine documental, que tanta atención por parte de otras voces ha recibido en los últimos años, aparece sólo de manera marginal. Digámoslo de otro modo: los dados están cargados hacia el lado más predecible: aquel que afianza el canon académico más extendido, ese mismo que desde el Instituto Británico del Cine ha decidido recuperar y restaurar la obra completa de Alfred Hitchcock –coincidentemente en el lugar más alto del pedestal.

Pero lo más preocupante es –a reserva de revisar el ejemplar impreso que aparecerá en septiembre– la evidente o aparente falta de conocimiento de la historia del cine por parte del amplio grupo de críticos, académicos, cineastas y programadores. Digámoslo de nuevo: todas las películas enlistadas son muy valiosas, pero también son muy predecibles, excesivamente canónicas.

En todo caso, como cualquier listado crítico, el de Sight  & Sound resulta ocioso e inútil. Lo que realmente importa permanece en el fondo de la pantalla.

Este texto se publicó originalmente en la edición web de la primera etapa de Icónica (iconica.cinetecanacional.net, 7 de agosto de 2012), y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.