«Bueno, ¿una historia? Yo no tengo una historia. Pero te puedo contar lo que pasó cuando era joven», se escucha en voz off al inicio del cortometraje Sólo la luna comprenderá. En pantalla, es de noche y el astro nocturno brilla a través de nubes. Entre camuflado y alerta. Los sonidos surgen sin que puedan relacionarse con la oscuridad, el mar o las personas que caminan. Un desfase, como estar en un sueño. Los tiempos se entremezclan. El presente cinematográfico parece jugar a la memoria involuntaria. Una imagen o un estímulo sensorial son la abertura que permite al pasado y a la ficción confundirse. La cámara navega tiernamente esta atmósfera sobrenatural, le da hálito gracias a la textura que lo fílmico permite.

Sólo la luna comprenderá (Kim Torres, 2023) es un retrato de Manzanillo, en Costa Rica. La memoria y la imaginación se entretejen plasmando la vida en el pueblo, pero también preguntándose por los límites entre el sueño y la memoria. ¿De qué materia están hechos cada uno? ¿Qué los distingue? Los cuerpos de los niños que por un breve instante flotan en el mar. El cómo la cámara por espacio de unos segundos los coloca en otro sitio, ¿en cuál? Esa es la pregunta. La cámara se aleja del pueblo mientras en voz en off se escucha una cuenta regresiva. Sólo la luna comprenderá es un retrato pero también la pregunta sobre cómo –a través de la imaginación, el recuerdo y el olvido– habitamos el mundo y lo nombramos. Entre imágenes y sonidos, como en un sueño, es posible, pese a que digamos no tener una historia.

Ofelia Ladrón de Guevara, parte del equipo de redacción de Icónica, estudió Antropología en la UNAM. Ha colaborado en medios como Punto de partida, Correspondencias y Girls at Films.