House of Cards, 2ª temporada

House of Cards, 2ª temporada

Por | 1 de abril de 2014

Sección: Crítica

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En una de las escenas mejor escritas en la vida sobre la pantalla del congresista sureño Frank Underwood (Kevin Spacey), uno de sus rivales compara su maniobrar político con el boxeo exquisito de Floyd “Money” Mayweather. El adversario describe la manera en que ambos basan su estilo en aprovecharse de las debilidades del oponente y explotarlas, atacando en el momento menos esperado, cuando parece que se está debilitado y a la defensiva.

No hay mejor descripción de la manera en que el personaje maquiavélico construido minuciosamente por Kevin Spacey actúa en esta segunda entrega de la red de intrigas en los pasillos de Washington. Resulta fascinante ver la manera en que Underwood (a veces Iago, a veces Ricardo III) y su esposa Claire (Robin Wright, como una Lady Macbeth fría y vengativa) definen en privado los movimientos que afectarán el devenir político de Estados Unidos (y el mundo), conforme Frank va acumulando poder.

Aunque resulta mucho menos fresca que la primera entrega y Underwood es caricaturesco por momentos (Spacey parece regodearse en los manierismos del personaje), la temporada se sostiene gracias a la astuta labor de los guionistas, quienes sueltan tres combinaciones precisas que dejan noqueado y confundido al espectador (incluso a quienes siguieron la serie original de la BBC). Los creadores han sabido tomar la temperatura del clima político en Estados Unidos y el mundo y crean situaciones por demás creíbles, como un Mexican stand-off geopolítico con China, la vertiginosa rapidez con que fluye la información o las diferencias irreconciliables entre demócratas y republicanos en el seno del Capitolio.

La estructura dramática de esta segunda temporada responde a la posibilidad –innovada por Netflix– de ver los 13 episodios de corrido, como si se tratara de una película de larguísimo aliento. Los productores se olvidan de los cliffhangers que tradicionalmente llevan al telespectador a regresar a la serie cada semana y en su lugar propician un flujo narrativo mucho más orgánico entre cada capítulo.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 8, primavera 2014, p. 49) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


César Albarrán Torres, investigador del Departamento de Culturas Digitales de la Universidad de Sydney, es crítico de cine en México y Australia. Su ensayo “Los domingos de Fernando Eimbke” aparece en el libro Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo: Ficción (2012).