Game of Thrones, 1ª temporada

Game of Thrones, 1ª temporada

Por | 1 de junio de 2012

Desde que comenzó su época dorada a inicios de los años 2000, la televisión por cable en Estados Unidos ha cubierto la mayoría de los géneros cinematográficos, creando películas de largo aliento en que las tramas y los personajes pueden desarrollarse a niveles insospechados. Sin la limitante de tiempo y recursos de un largometraje, cadenas como HBO, Showtime, FX y AMC, han incursionado en géneros tradicionalmente cinematográficos, como las historias de gángsters (Los Soprano, Boardwalk Empire), las narrativas políticas (The Wire), el terror (The Walking Dead, American Horror Story), el weéstern (Deadwood) y el chick flick (Sex and the City). Game of Thrones (David Benioff y D. B. Weiss/HBO, 2011), inaugura en el género medieval, narrando las luchas por el poder en la tierra ficticia de Westeros, obvio eco a la antigua Gran Bretaña.

Tomando como base las novelas de George R.R. Martin (Bayonne, Nueva Jersey, 1948), los creadores D.B. Weiss (Chicago, 1971) y David Benioff (Nueva York, 1970), tejen una red de intrigas de aliento shakespeariano, en que HBO despliega valores de producción notables. La cadena ha empleado a directores que se han desarrollado en sus filas, como Tim Van Patten (Brooklyn, 1959) y Alan Taylor (1959), artesanos consumados que saben manejar grandes presupuestos e imprimir el sello de la casa en las nuevas producciones. Como The Wire (David Simon, 2002-08), Game of Thrones es un complicado mecanismo en que la multitud de personajes genera una serie de subtramas que adquieren protagonismo en diferentes capítulos. La lucha encarnizada por el poder, así como los códigos de honor entre las familias reales, son el hilo conductor en cuya periferia sufren los sirvientes y aquellos considerados como “bárbaros”.

La televisión por cable –libre de las ataduras de los comerciantes– permite que haya sexo (mucho sexo), incesto y sangre a borbotones. Así, Game of Thrones es una suerte de El Señor de los Anillos (Lord of the Rings, Peter Jackson, 2001-03) en que la suciedad, las supersticiones y la violencia que definen a esa Edad Media que vive en el imaginario colectivo se filtran en todas las esferas del poder. La primera temporada sirve como preámbulo para lo que será una serie de largo aliento que moldeará lo que millones de televidentes y cinéfilos consideran “medieval”.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 1, verano 2012, p. 62) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


César Albarrán Torres fue editor de Cine PREMIERE antes de mudarse a Australia, donde estudia el doctorado en el Departamento de Culturas Digitales de la Universidad de Sydney.