—¡Ah, una nueva emoción! —Hola, so

—¡Ah, una nueva emoción! —Hola, soy ganas de criticar IntensaMente 2

Por | 9 de julio de 2024

Sección: Crítica

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Al final de Intensa-mente (Inside Out, 2015), después de toda la aventura dentro y fuera de la cabeza de Riley, Alegría se preguntaba qué más podría pasar en la vida de la niña. La respuesta era más que obvia y se anunciaba desde la misma película: la pubertad, siguiente gran etapa en el proceso de crecimiento personal, terreno fértil para el desarrollo de nuevas emociones y la excusa perfecta para que Disney y Pixar saciaran sus ansias de una secuela que apachurrara una vez más el corazón y los bolsillos de las audiencias. Y, bueno, lo consiguieron. IntensaMente 2 ya ha roto récords de taquilla, ya lanzó comerciales para Uber y la Cajita Feliz, y ya ha emocionado al público.

La nueva película funciona, al igual que su antecesora, sobre dos planos narrativos: afuera, la ahora adolescente Riley se enfrenta al próximo distanciamiento de sus amigas y a la presión por ser aceptada en el equipo de hockey de las Firehawks; adentro, las nuevas emociones Ansiedad, Envidia, Vergüenza y Ennui toman el control de su mente, desplazando a Alegría y compañía. Pero además de estos cambios al interior de la historia, afuera, en la producción, también hubo otros muy significativos. El director y autor de la idea original, Pete Docter, se hizo a un lado para ocupar el puesto de productor ejecutivo y darle su lugar a Kelsey Mann. Por otro lado, en el idioma original fueron reemplazadas las voces de Bill Hader (Temor) y Mindy Kaling (Disgusto) por cuestiones económicas. El cambio no fue muy notorio y parece que al público anglosajón no le molestó o ni siquiera lo notó –en el doblaje al español latinoamericano ni se refleja–, pero sin duda deja ver las prioridades de ambas compañías.

La dirección de Mann consigue hacer avanzar la nueva odisea de las emociones siguiendo una ruta muy parecida a la que trazaron previamente Docter, el codirector Ronnie del Carmen, y los guionistas Meg LeFauve y Josh Cooley. En IntensaMente 2 (Inside Out 2, 2024), otra vez hay un viaje forzado de Alegría (esta vez acompañada por Furia, Desagrado y Temor) de ida y vuelta al centro de control. Otra vez hay que recuperar el sentido de identidad de Riley (antes eran sus pensamientos centrales), que fue arrojado a los confines mentales de la joven, entre pensamientos y recuerdos ocultos. Otra vez hay personajes caricaturescos que ayudan a las emociones en su misión (antes fue Bing Bong con su tierno y doloroso sacrificio, ahora son los menos memorables Bloffy, Bolsi y Lance Slashblade). Y otra vez se hace una graciosa representación de las fantasías de Riley a partir de una parodia de la industria cinematográfica (antes fue el rodaje de películas con Producciones de Ensueño y esta vez es una divertida secuencia donde un grupo de dibujantes crean las proyecciones de Ansiedad como si se tratara de la producción de una película animada). Casi se podría decir que se repite la estructura general de Intensa-mente, aun así, la secuela aporta nuevos enfoques sobre diferentes mecanismos mentales que la hacen distinguirse por su propia cuenta.

Tanto Intensa-mente como IntensaMente 2 consiguen abordar conceptos psicológicos complejos y adaptarlos en historias accesibles, entrañables e identificables con el público. Ambas son películas didácticas, algo así como manuales de inteligencia emocional ilustrados. En IntensaMente 2, resalta la forma en cómo representan la crisis de ansiedad y el sistema de creencias de Riley. Como espectador adulto, se antojaba que exploraran un lado emocional más oscuro de la pubertad, que se desprendieran de la obsesión por los finales felices, que Envidia se comportara realmente como es la envida, pero se sabe que no somos el público objetivo y que sería pedirle peras al olmo de Mickey Mouse. El propio Kelsey Mann ha declarado que evitaron irse a rincones demasiado oscuros y que la fórmula fue avalada por focus groups de adolescentes. De todos modos, la decisión de que Ansiedad ocupara protagonismo y fuera la causante del conflicto interno y externo de la joven funciona bien.

Es posible que al espectador adulto le parezca mínimo el drama adolescente de Riley –no por eso menos válido–, quien se esfuerza demasiado por caerle bien a la capitana del equipo de hockey. Y la verdad es que es un problema no tan grave a comparación de la primera película, con la tristeza y confusión que le dejaron el cambio radical de casa. Pero fácilmente se puede identificar con esa sensación de asfixia que un ataque de ansiedad imprime en el cuerpo ante una crisis. La preocupación excesiva por cualquier situación, grande o pequeña, se ha convertido en un problema de salud pública alarmante. Según la OMS, «se calcula que un 4% de la población mundial padece actualmente un trastorno de ansiedad. En 2019, 301 millones de personas en el mundo tenían un trastorno de ansiedad, lo que los convierte en los más comunes de todos los trastornos mentales». Ciertamente hay algo de valor en que una película para jóvenes enseñe a identificar los síntomas de emociones desconocidas y complejas que están enfermando al mundo.

Por otro lado, el sistema de creencias que forman el sentido de identidad de Riley nos ayuda a comprender que no hay un modelo de autopercepción fijo e inamovible, o al menos no es lo más recomendable para la salud emocional. La idea que tenemos de nosotros mismos no debe ser rígida, tiene que abrirse al cambio y hasta a la contradicción. Se puede ser honesta y hacer trampa, se puede ser buena amiga y traicionar. La lección que IntensaMente 2 quiere dejar es que los pensamientos negativos sobre uno mismo no se deben suprimir, sino integrarse a los positivos para dar forma a las muchas versiones que puede ser un individuo.

Pixar sigue la fórmula y consigue otro éxito comercial, tal vez no tan memorable (para algunos) como el de hace nueve años, pero que sabe poner de forma entretenida en el centro de atención temas de salud mental que nos afectan a todos.


Israel Ruiz ArreolaWachito, es uno de los editores de Icónica y forma parte del equipo editorial de la Cineteca Nacional desempeñándose como investigador especializado. @wachitoruiz

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