Trances

Trances

Por | 1 de abril de 2014

Sección: Crítica

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En Occidente, el nombre de la banda marroquí Nass El Ghiwane, una de las más representativas de una nueva ola musical islámica que durante los 60, 70 y 80 reformuló una cierta sonoridad en la música del norte de África, no significa mucho en la historia legitimada de la “música contemporánea”, que paradójicamente, del rock al jazz y de las variaciones neoclásicas de la música de cámara a la “música popular”, ha hervido de influencias orientales por lo menos en los últimos 40 años. Su sonido es prácticamente desconocido por aquí, y sin embargo, la enigmática corporeidad de su expresión, casi siempre ligada a la profundidad del fervor islámico, y la fusión de su estilo con la música occidental (utilizando otros instrumentos y en general una estética más cercana a la del rock europeo y estadounidense) generaron todo un fenómeno en países como Marruecos o Túnez.

En 1981, en uno de los momentos de mayor popularidad de la banda, el cineasta Ahmed El Maânouni (Casablanca, 1944) empezó el registro por encargo de algunos conciertos del grupo. Pero pronto, esas grabaciones se convirtieron en un proyecto personal que mucho más allá de los registros en vivo escarbaba en las motivaciones artísticas de Nass El Ghiwane, la personalidad de sus miembros y la influencia de su música en la comunidad de jóvenes musulmanes que los seguía frenéticamente. El experimento, que se convirtió en un largometraje de “docuficción”, dio como resultado una película rara en los términos estructurales del cine occidental (y aun en el documental, usualmente con más licencias digresivas), pero tal vez, formalmente equivalente al estilo envolvente de la música de la banda marroquí, aleatoriamente atmosférica y progresiva.

No sorprende del todo, que el “descubrimiento” de Trances (El Hal, 1981) por parte de Martin Scorsese, cuya afición a la historia del rock es bien conocida, haya inaugurado las labores de rescate y preservación del World Cinema Foundation, el proyecto iniciado por él para rescatar y preservar tesoros cinematográficos de todo el mundo.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 8, primavera 2014, p. 53), y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


Gustavo E. Ramírez Carrasco es editor en el Departamento de Publicaciones y Medios de la Cineteca Nacional. Contribuyó con un estudio sobre la obra de Pedro González Rubio al libro Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo: Documental (2014). @gustavorami_