Workers
Por Israel Ruiz Arreola | 1 de enero de 2014
Ganadora del Festival Internacional de Cine de Morelia 2013, Workers (2013) es el primer trabajo de ficción de José Luis Valle (El Salvador, Chile). La película sigue a Rafael (Jesús Padilla), un empleado de limpieza en una fábrica de focos que, después de 30 años de servicio, espera inútilmente firmar los papeles de su jubilación, y a Lidia (Susana Salazar), una sirvienta que se sorprende al enterarse de que su patrona heredó toda su fortuna a La Princesa, su consentida mascota. El pasado de ambos está unido por la pérdida de un hijo del que sólo queda un pedazo de recuerdo deambulando en su memoria.
Tijuana es el epicentro de este relato que funciona como maqueta de uno de los niveles más ignorados del sistema laboral y algunas de las absurdas injusticias que se padecen en él. Apoyado de estáticos planos secuencia y de la precisa lente del fotógrafo César Miranda, el director convierte a la zona fronteriza en un estilizado escenario que conjuga elementos extraños en su simpleza pero extraordinarios en su puesta en escena. De la excéntrica opulencia de la mansión donde trabaja Lidia, a la anodina fábrica Phillips, la cámara recorre sin prisas el cuadro, develando poco a poco la rutina de los personajes. La escena del atardecer callejero es el más claro ejemplo de esta propuesta visual en la que la acción discurre imperceptiblemente en el flujo del tiempo cinematográfico.
Sin explícitas intenciones de denuncia, el director de origen chileno hace una ligera pero pertinente sugerencia de sublevación laboral. Cuando la empresa minimiza o da la espalda al trabajador, el sabotaje y la rebelión son las justas medidas para reclamar el pago de una vida de servicio. Para ello son necesarias la educación –representada por el niño que enseña a leer a Rafael– y la organización –llevada a cabo por el grupo de empleados domésticos en contra del galgo millonario. Junto a los protagonistas existe una colección de entes operando en el mecanismo de su actividad (prostitutas, guaruras, vendedores, repartidores), sin embargo el trabajo nunca significó opresión para ellos. Al final ya no habrá trazos definidos que guíen sus caminos, pero tampoco obstáculos que los limiten.
Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 7, invierno 2013-14, p. 51) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.
Israel Ruiz Arreola es el editor web de Icónica. También es redactor en el área de Publicaciones y Medios de la Cineteca Nacional.