Las Marimbas del Infierno

Las Marimbas del Infierno

Por | 1 de mayo de 2012

“Guatemala o Guatepeor”, reza un dicho popular. Las Marimbas del Infierno (2010), segundo largometraje del director guatemalteco Julio Hernández Cordón (Raleigh, 1975), egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica de México y ganador del premio Horizontes del Festival de San Sebastián por su opera prima, Gasolina (2008), aborda de manera tan trágica como hilarante, la lucha de tres personajes difíciles de asociar por levantar un proyecto por lo menos insólito: fusionar la música guatemalteca tradicional de marimba con el heavy metal al más puro estilo Judas Priest.

Sin mayores pretensiones argumentales o estilísticas, la película, ensamblada de forma cronológica y desarrollada a través de pasajes casi quijotescos, cuenta la historia de un marimbero, Don Alfonso, quien tras ser extorsionado por la Mara, obligado a abandonar su hogar y perder su empleo como músico en un restaurante, se une a Chiquilín, un chico de la calle con problemas de drogadicción, y Blacko, figura en decadencia de la irrisoria “escena” local de heavy metal, para embarcarse en una empresa musical condenada al hundimiento.

La cinta, que de forma explícita rinde homenaje a las empresas imposibles que tienen lugar en Guatemala, presenta como telón de fondo la desoladora situación social de aquel país donde la pobreza, la violencia generada por las pandillas y la marginación creciente de amplios sectores de la población, han obligado a personas comunes a tomar caminos ilusorios.

Si Las Marimbas del Infierno, ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Miami, y de la categoría de mejor largometraje mexicano en Morelia 2010, logra transmitir algo desde su pasmosa simplicidad, esto es sin duda alguna, la exploración jocosa del fracaso, una entidad que materializada a través de la magnífica actuación de [no] actores como Roberto González Arévalo (Blacko) y Víctor Hugo Monterroso (Chiquilín), y se convierte en la síntesis de una sociedad paradójicamente representada en la vida de sus miembros más marginales.

 

Este texto se publicó originalmente en la primera etapa de Icónica (número 0, primavera 2012, p. 56) y se reproduce con autorización de la Cineteca Nacional.


Gustavo E. Ramírez Carrasco es redactor en el Departamento de Publicaciones y Medios de la Cineteca Nacional.